ALBA MATUTINA
Ruido
ensordecedor,
que
sopla la fuerza del cierzo,
gracias
las tinieblas ya a lo lejos.
Oyes
dar gracias en trinos,
en
ladridos, maullidos y besos.
Guardas
tu alba preciosa, tu manto,
tu
rocío, tu temperatura callada
tu
verdor y una estampa,
de
cerros valles estrechos,
alondra
atronadora,
que
lanza sus trinos al viento.
Rosa
que tus pétalos,
con
el frescor y lamento denso.
Los
ojos se han vuelto,
de
una mirada dulce
de
niño casi durmiendo,
alba
que va abriendo,
la
noche casi derrotada
da
sus últimos coletazos de aliento.
Unos
rayos luminosos,
la
ciudad se ve lo lejos,
volviendo
a la actividad,
después
de una noche cualquiera,
donde
formaba estos versos.
Y
yo sigo escribiendo,
mirando
el astro rey,
como
en su trono luciendo,
proyectando
sus rayos de luz,
que
atraviesan cúmulos impenetrables,
con
una fuerza descomunal.
de
energía de un poseso.
Donde
una linda mariposa,
entabla
una conversación,
con
la flor de sus pretextos,
¿Por
qué me robas el néctar?
sabía
con tu embeleso,
es
mi alimento,
que
Dios me da cada día,
cuando
la luz, me da la fuerza
cuando
la luz y rompe el silencio
con
eso.
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