EL SILENCIO
Nada, dulce
nada es lo que escucho,
el silencio
que mantiene los sentidos,
dos
corazones heridos, dos corazones partidos,
dos almas en
desaliento, lanzan palabras al viento,
sin
controlar nuestro corazón.
En fin, sólo
le cuesta escuchar el fondo de esa dulzura,
tan tierna
como la miel acariciando tu piel,
besándote
con pasión de quien ama con locura.
El silencio
preñado, galopante, desbocado,
cargado de
sensibilidad domina a la persona,
cuando se
desnuda el alma y da lo que tiene,
escucha en
el interior y confiar en la esperanza,
ante el
mayor bullicio del mundo, oye latir su propio corazón.
Que hermoso
es el silencio,
cuando nos
dialoga con premura,
se nos
acerca y si atentamente lo escuchamos,
nos
enteramos de cosas que nos ignoramos.
Y el
silencio mantiene los sentidos, a veces tal vez heridos,
con cosas
que nos han pasados,
en un real
presente o en un futuro ya lejano.
Que mejor
regalo y que mejor oportunidad,
que volvamos
a escuchar ese dulce dialogar,
que nos
quiere volver hablar.
Si el
silencio me dijera lo que me he perdido,
lo que viví
contigo, e ignoro lo que es amor,
que juntos vivimos los dos, cuando te he conocido,
me robaste
el corazón, créeme lo tengo herido,
por tal
motivo y razón,
quiero
volver escuchar el dulce silencio,
pararme por
un momento concentrarme,
y que me hable
el corazón.
24-2-2014
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