miércoles, 23 de febrero de 2011

QUIJOTE Y DULCINEA

QUIJOTE Y DULCINEA

Alto, erguido
lánguido,
y en el fondo atrevido,
conocía a un jovenzuelo,
que la historia día a día se repetía,
melancólico y luchador,
por una dama que el quería,
en su que hacer todo un señor,
pero algo “quijote”

Su osadía,
se batía con sus amigos,
los celos pues se lo comían,
su Dulcinea una joven,
una gran joven, se veía,
una infancia intachable,
llena de educación
era su vida.

Pero el quijote le hacia tilín,
y la joven le quería,
fueron mil y una batallas,
gigantes, molinos, trabas que se ponían,
senderos malos caminos.

Pero el Quijote cegado por su amor,
se hacia fuerte,
y el amor lo endurecía,
las trabas eran ya poco
todo se lo vencía.

Dulcinea se veía cubierta,
arropada yo diría,
fue todo un amor,
imposible de esos
que hoy no hay en día,
de esos que se matan besos.

Que joven apuesto batallaba
contra lo que fuera
por defender a su amada,
por defender a su Dulcinea.

Aunque fuera un dragón
con siete cabezas
todas lanzado fuego,
era más fuerte el amor,
que le hacia inmune
para vencer el miedo.

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