lunes, 18 de noviembre de 2013

EL ESPEJO AZUL


                               EL ESPEJO AZUL

Joven, hermosa con una condena maldita,

rechaza lo que la vida les da,

asume la pena con gusto,

en su agonía quiere,

rodeada en su paraíso,

ver lo que le dio la vida,

su amor su compromiso,

y todo sin verlo ni conocerlo,

dejarlo todo por escrito.

En su jaula mirando su espejo azul,

La tierra era su vida,

El cielo era su muerte,

Su príncipe era su esclavitud,

Su belleza cautiva de su enfermedad,

Su corazón entregado, aquel que sin ver

Creía en convencer famoso, rico, de otro país,

Siempre soñando, sin problemas por doquier,

La fama por el universo,

Siempre le solía  llover.

Un día le llego una carta,

¿De quién podía ser?

Carta extensa limpia, clara, con contenido,

Que al joven le hizo ver,

Le abrió los ojos al mundo, pensar,

¿Quién era esa mujer?

Recorrió miles de kilómetros,

Cruzo mares, se traslado aquella tierra,

Y se encontró una tierra,

 donde el trabajar y el  vivir era un placer.

Se bajó del pedestal y vio que el mundo,

Son pequeñas cosas, detalles

Y sobretodo libertad para hacer eso que te  apetece

Y te sabe el otro  corresponder.

Qué bonito que se encontraron,

Pero uno ya no estaba, se había ido

¿y ahora qué?

Apenado, triste quiso rehacer su vida,

Pero nada le llenaba,

Siempre echaba de menos,

La hermosa carta que guardaba,

¿Cómo sería ella?

Momentos inolvidables, amor hasta desfallecer.

La opulencia le llovía por cualquier camino,

Y la tenia grabado a fuego todo lo que pudo leer,

Que nada le complacía, sino era con aquella mujer.

Cambio hasta su propio nombre,

Cosa que nada pudo ver,

Voló a los cuatro vientos, tardes de gloria,

Pero si el ¿Qué?

Su mente deambulaba allá arriba,

El cielo y en ese ¿Qué?

Así se encontró la pareja,

En ese paisaje idílico, bajo un rosal donde la lluvia,

Incesantemente le regaba,

En su epitafio se podía leer,

“Era mi amor y lo esperaba

Y aquí siempre lo esperaré,

Y este rosal un día yo lo planté”

Y aquella tarde otoñal,

Con sus caprichosos colores,

El rosal dos rosas brotaban,

El espejo azul  calmado,

La paz en la tierra hablaba,

Cuando dos amores se encuentran,

Se abrazan y se amán,

La tierra se funde en el cielo,

El silencio con sus brazos lo agarra,

Solo el viejo mar será juez,

Y murmurando me dice lo que pasa.

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