miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL PRINCIPE Y LA PRINCESA

EL PRINCIPE Y LA PRINCESA

Un corazón herido,
herido por arma blanca,
brota la sangre a chorro,
no se como se aplaca.

Mece el sueño de la luna,
la estrella se le adelanta,
un resplandor con sainete,
con escenas de ignorancia,
da vida a un paisaje real
donde permanece el alba.

Calla reina mía,
reina sublime,
reina de tu propia casa,
yo podría escribir en prosa,
te ensalzaría en mil batallas,
con tu trono a dos bandas,
tendrías ejércitos buenos
de infantes, soldados, caballeros con lanzas,
por otro lado monstruos, dragones y trolls,
que arrasarían tu ignorancia.

Grita y gime,
doncella por tu castillo, torres
patio donde se celebraban torneos,
cuyo trofeo era tu amor,
de una noche de lujuriosa,
estrujar tu belleza entre mis manos
como rosa en manos de una fiera,
para poder escribir un poema de amor.

Con finura y diplomacia,
para ti lo dedicaría,
por ese amor de juventud,
que me regalaste un día
a esa bella y hermosa
princesa de su príncipe
donde todos los poetas,
crean su desenlace de amor,
porque algo les quedo
muy gravado en su corazón.

Joven princesa
el príncipe fui yo,
y es que otros caballeros,
se batieron a duelo,
con estos verso dejé zanjado,
la solución.

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