lunes, 9 de agosto de 2010

A ESA JOVEN ANÓNIMA

A ESA JOVEN ANÒNIMA

Mi mente va un día,
que en la playa me encontré,
podía calificar de uno a diez,
el cuerpo hermoso de una mujer.

Ese día iba inspirado,
con mi toalla y bañador,
en una tarde de agosto,
en una playa pequeña y tranquila,
allí ella apareció tal preciado bombón.

Tal vez nadie se daba cuenta,
era anónima escultural,
no era portada de revista,
eran veinte o veintidós años,
que yo le di un diez,
algo fuera de lo normal.

Era mi musa, mi inspiración,
era mi póster de colección
mi letra de canción,
era quien escribía por mi
en pobre imaginación.

La vi. en el agua mojada, ceñida,
levemente azotada por el mar
su cuerpo diez, sabía ir mar adentro,
deslizándose como sirena que el mar
quiere acariciar.

¿Cómo se llamaría mi musa? no importa,
si en mi mente ahí está,
¿Tendría los ojos azul claros?, verdes oscuros,
grises que deslumbrarán,
plasmaba en mi interior ese póster tan divino
de mi revista virtual.

La tenía a mi lado,
casi la podía tocar,
no era papel de revista,
con miles de retoques,
para vender engaño sin más.

De fondo pude escuchar,
una hermosa balada,
que junto con los rayos de sol,
su cuerpo escultural bronceado,
el paisaje, a cualquier cegaba.

Pobre invidente que se priva de ver,
a tal monumento finamente labrado
que el propio Gaudí no conseguiría
aunque estuviese muy concentrado.

No trascurras tarde hermosa,
tarde vacacional,
decía en mi interior,
que se pare el tiempo,
que no avance el reloj
cuando más pronto mejor.

Deléitame cada día con esta tarde,
con esta imagen tan normal,
la tienes en cada rincón,
si te gusta contemplar, en cada playa,
al ver a esa joven anónima
en una tarde estival.
21-8-07

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